Me encargaron hoy - y estas cosas sólo se hacen por encargo, "por favor" - que redacte una carta dirigida al Sr. Gobernador, tema X
(que no vale la pena comentar porque no viene al caso). Se me confÃa la tarea de una genuflexa formalidad. Lo que sà se me encomienda es que el tono de la misma contenga una gran, inmensa lengua que le babee bien los zoquetes. Y pesa sobre mà emprender tal proeza con la cara del Gobernador en la mente. El Gobernador de esta provincia no inspira a nadie. Menos a nosotros los acomedidos. El Gobernador y su presencia de Wally montañés. El Gobernador y su camisa a cuadros. El Gobernador aplaudiendo en la tapa de GENTE. El Gobernador corriendo todos los maratones. El Gobernador y sus orejas. Y yo, diligente, lamiendo sus medias con rombos.